El amor es algo tan antiguo como el ser humano, de eso no hay duda. Sin embargo, hasta hace no mucho creíamos que era algo que iba «más allá» de nuestro cerebro. Pero, para nuestra sorpresa (y la de muchos otros), los científicos han ido un paso más allá y han identificado la zona del cerebro donde creamos el amor.
Amor y otras drogas
Sí, como la película. Y es que, según parece, la zona del cerebro donde se origina el amor es la misma que tiene que ver con la adicción a las drogas. Algo que, si lo pensamos, tiene mucho sentido. Porque el amor es, en muchas ocasiones, algo que crea adictos y nos lleva a hacer cosas que no haríamos en otras circunstancias.
Esta zona del cerebro, conocida como sistema límbico, incluye varias regiones como el hipocampo o la amígdala. Regiones que se encargan de gestionar y crear los sentimientos.
Un sentimiento de lo más complejo
Al contrario que otros sentimientos más «simples» como la ira o el placer, el amor es muy complejo. Involucrando muchas más áreas que otros sentimientos y haciendo más difícil comprender del todo como se desarrolla.
Y es que, pese a que sepamos donde se origina, el amor sigue siendo una incógnita para nosotros. Desde las reacciones que lo provocan hasta las consecuencias que tiene en nuestro cerebro y estado mental.
El núcleo estriado
La zona del cerebro conocida como núcleo estriado, ubicada entre el lóbulo frontal y el temporal. Esta zona es también la responsable del placer y el deseo sexual. De forma que «se activa» cuando comemos algo que nos gusta o, en general, disfrutamos de algo que nos resulte placentero.
Sin embargo, solo con el amor funciona «a su máxima capacidad». Y es que, como comentamos unas líneas más arriba, se trata de uno de los sentimientos más complejos que podemos tener los seres humanos. De forma que, aunque sepamos de donde viene, no terminamos de comprender como funciona.
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