Irte de vacaciones es, normalmente, algo que no tiene mucho misterio. Sin embargo, si sales de tu país, lo más normal es que tengas que hacer un cambio de moneda. Porque en Estados Unidos usan una moneda, en México otra y en Argentina una diferente. De forma que, si viajas de un país a otro, tendrás que pasar por el aro.
Sí, en el mundo actual lo mejor es usar la tarjeta. Aunque no siempre vamos a poder pagar de esa forma. O, incluso, hay sitios en los que directamente no queremos sacar la tarjeta. Por lo que nunca está de más llevar algo de efectivo.
¿Merece la pena hacer un cambio de moneda en el aeropuerto?
El lugar más frecuente para hace run cambio de moneda es, como puedes imaginarte, el propio aeropuerto. Y es que la mayoría de aeropuertos de tamaño mediano o grande tienen una casa de cambio. Y, por lo general, podemos encontrar prácticamente todas las monedas.
¿La parte mala? Que la comodidad se paga. Y por eso mismo es el peor lugar posible para hacer un cambio de moneda. Porque además de la tarifa de cambio, siempre te pondrán una pequeña comisión encima, por lo que te costará más de lo que debería.
De forma que, a menos que tengas muchísima prisa, te recomendamos que no lo hagas. Porque, como te contamos más abajo, existen mejores opciones.
Casas oficiales
Estos locales (regulados) se dedican, básicamente, a venderte divisas. Es decir, a permitirte cambiar tu dinero por otro tipo de monedas. ¿La parte buena? Que como suelen estar algo más escondidas, los tipos de cambio son buenos. Y la comisión suele ser menor que en los aeropuertos.
Sin embargo, como pasa con los aeropuertos, estos lugares están ahí para sacar tajada. De modo que, pese a que las comisiones y los tipos mejores, vas a seguir perdiendo algo dinero.
Si quieres perder lo mínimo posible, ve al banco
¿Quieres perder lo mínimo posible? La mejor solución es ir al banco. Y es que además de ofrecerte los tipos de cambio más favorables, la comisión suele ser bastante baja (e incluso inexistente).
La mejor parte es que da lo mismo que lo hagas en tu país de origen que en el de destino. Por lo que no tendrás que llevar mucho dinero encima en tus viajes. Aunque, si no eres muy fan de los bancos, siempre puedes sacar dinero de un ATM en tu país de destino. Lo malo es que te cobrarán una comisión.
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