Cuando se busca perder más peso siempre se busca ese elemento «mágico» que nos de un empujoncito a la hora de conseguir nuestras metas más rápidamente. Y, algo en lo que mucha gente piensa es el frío. Porque, si lo pensamos, ¿qué mejor forma de consumir calorías que calentarnos?
Pero ¿es algo que funciona de verdad? Hoy venimos a explorar un poco más esa posibilidad y a echarte un cable con la pérdida de peso.
La teoría
En teoría, cuanto más frío hace, más calorías tenemos que consumir para mantener nuestro cuerpo «existiendo». Sin embargo, hay muchos «peros» en esta teoría. Porque sí, vamos a consumir más calorías en reposo, sobre todo si tenemos una buena masa muscular en nuestro cuerpo.
Aunque, como cabría esperar, esa no es toda la historia. Porque, como te vamos a contar en las siguientes líneas, no es oro todo lo que reluce cuando uno se refiere a perder más peso de forma «gratuita».
Los «peros»
Y es que, mientras que la teoría dice que con frío vamos a gastar más calorías, la realidad es un poco más complicada. Ya que cuando hacemos ejercicio, nuestro cuerpo se calienta, y ese calor suple el que necesitaríamos para cubrir los grados de menos en el tiempo.
De forma que, aunque es una lástima, si hacemos deporte en el frío no consumiríamos más calorías de las que lo haríamos normalmente. Aunque sí que nuestro rendimiento mejorará un poco porque nuestro cuerpo no se calentará tanto como en verano.
El lado positivo
La parte buena es que puedes aprovechar para mejorar tus marcas en los entrenamientos durante la temporada invernal. Algo que, en el largo plazo, va a permitirnos quemar más grasa, porque nos ejercitaremos durante más tiempo.
Además, acostumbrándonos a hacer ejercicio cuando menos apetece, también conseguiremos que, cuando empiece el buen tiempo sea muchísimo más fácil seguir con nuestra rutina y nuestros ejercicios.
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