Las dietas bajas en hidratos de carbono son, cada vez, más populares. ¿La razón? Que prometen perder peso sin pasar hambre, sin muchas restricciones y con alimentos riquísimos. Si, todo suena muy bien, pero, ¿funcionan?
La cetosis, la clave
Cuando hacemos dietas bajas en hidratos de carbono, entramos en un estado llamado cetosis. Este estado, se produce cuando consumimos menos de 50 gramos de hidratos al día durante varios días seguidos. ¿Qué significa esto? Que nuestro cuerpo, al no disponer de hidratos, comienza a usar grasa como combustible.
La parte buena es que de esta forma es más fácil perder peso. Más que nada porque alimentarse sin carbohidratos hace muy difícil consumir muchas calorías. Sin embargo, no todo son cosas buenas, porque podemos experimentar dolores de cabeza y cansancio durante los primeros días.
¿Son recomendables este tipo de dietas?
Siempre que no se tengas problemas que puedan verse amplificados por darle más trabajo a los riñones o el hígado, no, no debería haber ningún problema por hacer una dieta de estas. Aunque si no se tiene cuidado a la hora de hidratarte, puede que este tipo de dietas tengan un impacto negativo en tu salud.
Si, por el contrario, nos hidratamos en abundancia y vigilamos nuestro estado de salud, los efectos serán muy diferentes. Porque podríamos estar destruidos desde el día uno.
Si, son una ayuda para bajar de peso
Está más que comprobado, si lleva una de estas dietas bajas en hidratos de carbono como deberías, bajarás de peso. Pero, básicamente, como cualquier dieta que te haga mantener un déficit de calorías. Y es que, aunque hagamos una de estas dietas, si nos pasamos de calorías, ganaremos peso.
Por eso mismo, y de la misma forma que con otros métodos de perder peso, lo importante en este caso es la constancia y la planificación. Porque, a menos que llevemos a buen ritmo la dieta, no conseguiremos nada.
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